Por nuestra parte, participamos en la elaboración de un pez encantador que con cariño nos habían preparado y el cual acabamos en clase debido al horario. Les cantamos canciones, les regalamos sonrisas y disfrutamos de lo lindo.
Finalmente y con sorpresa, nos intercambiamos un pequeño regalo. Les dejamos un marcapáginas de motivo otoñal y nos trajimos una delicada planta. Ya en clase, Julia propuso que cada día se la podría llevar una o uno de nosotros para casa, a lo que por unanimidad se votó que sí.
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